Fuente: wakenow 2016.
El científico holandés "Henk Jonkers", inventó junto a un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Delft, en los Países Bajos, el ‘Bio-Concreto’, es un novedoso material de construcción el cual repara sus grietas por sí solo, como si fuera un ser vivo. Jonkers obtuvo el premio al mejor inventor europeo en el año 2015.
Bio-Concreto más que estar inspirado en la naturaleza está hecho con la bacteria Bacillus Pseudofirmus, la cual para la fabricación de este nuevo material de construcción se mezcla con el cemento común con las cepas de esta bacteria y a estos compuestos se les agrega lactato de calcio, que es el alimento de estos micro-organismos.
Con el Bio-Concreto si un edificio se agrieta, las bacterias que habitan en él quedan expuestas a diferentes elementos, entre ellos el agua. La humedad en estas fisuras provoca que estos bacilos se “despierten” y empiecen a comer el lactato de calcio, y como proceso de su digestión secretan piedra caliza.
La restauración total de estas rajaduras puede tardar aproxi-madamente tres semanas. El investigador holandés explicó que lo increíble de estas bacterias es que forman esporas y pueden sobrevivir por más de 200 años en el edificio. Jonkers enfatiza, no hay límite para el largo de la grieta que nuestro material puede reparar. Desde centímetros a kilómetros. Sin embargo, sí hay un límite para el grosor de estas, ya que las fisuras no pueden rebasar una amplitud mayor a ocho milímetros.
Uno de los grandes beneficios que tiene este invento son los ahorros que genera el Bio-Concreto en cuanto al mantenimiento de las estructuras.
Como parte de las evaluaciones a las que se somete al bio-concreto, Henk Jonkers informó que se ha utilizado este material para construir canales de irrigación en Ecuador, un país altamente sísmico. "Aunque puede ser más caro que el concreto tradicional, pronto se nota el beneficio económico porque ahorra en costos de mantenimiento", señaló el científico al diario inglés The Guardian.